Algunas de las ideas de Adrián son claramente contradictorias, como el hecho de que quiera ser sicario y a la vez se sienta atraído por la profesión de escolta. Para comprobar hasta qué punto quiere dedicarse a ello, Jero le ha llevado a un entrenamiento en el que, tras unos minutos, se ha rendido y ha vuelto a explotar contra todos los que estaban a su alrededor.