Jero ha llevado a Andrés al límite con una actividad en la que ha enfrentado al joven contra un profesional de lucha grecorromana. El chico se ha visto superado por el juego y ha sentido la presión y el agobio que sienten sus padres cada vez que él les grita, la emprende a golpes con todos los muebles de la casa o se mete en líos fuera de casa.