Tony pide a Juanito, el socorrista, que consiga que los clientes vayan más a la piscina. Y no se le ocurre otra cosa que ofrecerles cócteles, juego de palas, pelotas de playa, hamacas, refrescos, filetes... Pero rápidamente la piscina se llena de gente no deseable, así que los habituales comienzan a quejarse.