Tara nos muestra sus modificaciones: lengua bífida, orejas de elfo, colmillos afilados y ojos con tinta negra

La conexión de Tara y Miguel en 'First Dates' es casi instantánea
Miguel asegura que fue abducido por los alienígenas
Solo la cuestión familiar separa a Tara y Miguel: él quiere hijos, ella ya tiene uno
Tara se considera "un animalillo salvaje" y Miguel "un marciano". En su cita en 'First Dates', ambos han hablado, han compartido su historia, ella nos ha mostrado sus modificaciones, él sus tatuajes... y aunque la cuestión familiar les separa, la conexión ha sido inevitable.
“Me siento más animal que humano a veces porque un animal está ahí aunque te enfades, te cabrees, llores… da igual lo que hagas, el animal está ahí y yo soy así”, nos contaba Tara. Ha perdido la cuenta de los tatuajes que lleva, le encantan por una cuestión estética, no por simbología y no solo esto, también ha modificado su cuerpo.
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Hasta ahora tiene cuatro modificaciones: los ojos inyectados con tinta negra, la lengua bífida, las orejitas como de elfo y los colmillos, afilados. “¿Vienen más?”, se preguntaba: “Sí, vienen más”.
Por eso, quiere que a su chico le guste este mismo universo, sobre todo los tatuajes y a Miguel le gustan, y mucho. Tiene gran parte del rostro y el cuerpo tatuados y todos tienen significado. Nada más llegar, Miguel quería contarnos algo: “Me considero un marciano, me abdujeron los alienígenas”. Asegura que estuvo desaparecido y que cuando apareció lo hizo con siete marcas en la espalda que cicatrizaron en apenas un día.
En su cita, Miguel y Tara estaban encantados, ella le contaba que se aburre con lo normal, él asentía, le contaba que se considera un marciano y ella le explicaba que, en su caso, se identifica más con un “animalillo salvaje” o un “avatar”.
Tara y Miguel obvian lo que les separa
Sin embargo, les separa algo. Miguel es un chico muy familiar y le gustaría tener hijos, pero Tara ya tiene uno de 14 años y no quiere tener más…
A pesar de todo, han estado tan a gusto que Tara y Miguel se hacían ojitos de una forma irresistible tras la cena. Tendría una, dos, tres o no saben cuántas citas más.
