Dagmara dejaba claro nada más entrar, para que no hubiese dudas al ver la cita, que era una chica muy divertida y que no iba a faltar conversación. “Estoy como una cabra… me pongo a hablar con plantas”, aseguraba. A su cita, Basilio, tampoco le faltaba el sentido del humor: “Estoy nervioso, me pongo colorado pero como soy negro no se nota”.