Mulder y Scully van a hablar con el doctor Goldman, que dirige una unidad encargada de tratar a niños con enormes deformaciones físicas. Según Goldman, su trabajo es encontrar una cura para los pequeños, que viven completamente aislados. Pero los dos agentes del FBI sospechan que puede haber algo mucho más preocupante detrás de sus buenas palabras.