En Atenas, tras dos derrotas en Moscú, el PAO sacó su casta y su carácter para evitar que el CSKA de Ettore Messina pusiese rumbo junto con los azulgranas tras imponerse en el OAKA por un trabajado 65-59 en un encuentro que dejó a Diamantidis como el asistente histórico de la competición con 978.