Para casi todo el mundo, Ibiza es un paraíso de aguas verdes, diversión y comodidades. Lo es para aquellos que van de vacaciones pero, para los trabajadores que residen en la isla o dan servicios a los turistas en temporada alta, tener una vivienda digna es una misión imposible. Una sola habitación puede llegar a costar 900 euros, por lo que , con un sueldo medio de 1300 es inviable adquirir un lugar donde dormir. Muchos currantes se ven obligados a vivir en caravanas como ésta donde , para ducharse, deben apuntarse a un gimnasio cercano.