Vovinam: Un arte marcial vietnamita como terapia para los jóvenes adictos a los videojuegos

José Manuel Comas
02/05/201809:57 h.El tratamiento se basa en la actividad física tradicional a través del Vovinam. Nada más ingresar en el centro los internos se ven obligados a prescindir durante varias semanas de su móvil y de cualquier aparato tecnológico con juegos. No es una tarea fácil para adolescentes como Tra Nguyen Nhat An, de 16 años, que se pasaba las noches en vela enganchada a League of Legends. Sus padres revelan que podía llegar a ponerse delante de una pantalla hasta 18 horas al día. Para poner fin a su destructiva rutina la enviaron a uno de los campus especializados en el estilo marcial vietnamita más expandido del mundo.
Allí se levanta todos los días muy temprano, en cuanto amanece, para practicar técnicas de combate que imponen un gran control físico, pero también emocional. Las habilidades y arriesgados métodos que aprende son de una espectacularidad sin parangón. Ejecutarlos conlleva un gran dominio corporal y un alto nivel de concentración. La coordinación, flexibilidad y velocidad de las ejecuciones permite a los residentes alcanzar un enorme rendimiento muscular y desarrollo psicológico. La táctica de ataque requiere de mucha armonía y un momento de despiste por parte del adversario se aprovecha para pasar a la ofensiva de forma rápida, sin pausa.
Dang Le Anh, director de una de los centros ubicados a las afueras de Ho Chi Minh, la bulliciosa capital económica del país, explica que a través del Vovinam los alumnos superan sus adversidades personales y eliminan malos hábitos como el de la pereza. El psiquiatra infantil Lam Hieu Minh también defiende este tipo de tratamientos. Desvela que los jóvenes adictos al gaming sufren a menudo episodios de ansiedad, depresión, problemas de atención y desórdenes alimentarios. Opina que las artes marciales les ayudan a mantener una actividad física y mental más saludables mientras socializan y entablan amistades.
Por el momento, Nhat An corrobora estas teorías a través de su propia experiencia: “Entreno varias veces al día y mi salud ha mejorado mucho. Antes no me movía porque nunca salía de mi cuarto. Estaba siempre sola, deprimida y no hablaba con nadie. Ahora me paso los días en los jardines, al aire libre, haciendo Vovinam y además he hecho muchos amigos”. Por si fuera poco, revela que ya no echa de menos los videojuegos. En la misma línea se expresa Nguyen Quang, otro joven alumno de 15 años que se muestra muy agradecido con sus maestros: “Gracias a ellos soy una nueva persona. Antes era gamer 14 horas al día y me escapaba de casa para jugar en los cibercafés. Ahora ya no desobedezco a mis padres y ya no me interesan más las consolas”, sentencia.
Las líneas pedagógicas del Vovinam se basan en aumentar el autoestima de los pupilos y adquirir disciplina a través de entrenamientos metódicos en una atmósfera alegre y excitante durante las clases para que los chavales disfruten con lo que están haciendo. Toda una filosofía de vida que sirve para combatir la adicción al gaming en la sociedad vietnamita, donde más del 50% de la población es menor de 30 años. Las salas de ordenadores para gamers proliferan por todo el país y se han convertido en la primera opción de ocio para casi dos millones de adolescentes.
La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) está, según la revista Forbes, a punto de reconocer la adicción a los videojuegos como una enfermedad llamada 'gaming disorder'. La patología se detecta en el momento en el que los usuarios presentan una pérdida de control sobre el juego y continúan con esta actividad de forma frenética cuando ya son conocedores de las consecuencias negativas que esto implica.