Los incidentes en los instantes previos al Athletic-Apoel acabó con tres detenidos y un policía herido. Los más de 200 ultras chipriotas y los ultras del Athletic se intercambiaron insultos y se lanzaron botellas de cristal separados únicamente por un cordón policial que no era suficiente. En las inmediaciones al estadio la situación empeoró hasta que el líder del grupo ordenó parar.