Cabizbajo, con aspecto un tanto desaliñado atendía a la prensa tras perder el partido de Copa contra el Leganés. Muy lejos de la sonrisa reluciente que mostraba cuando cogió las riendas del club blanco, uno de los clubes más complicados de llevar por la presión mediática a la que está sometido. Quizá por eso o por su polémica relación con Isco el entrenador ya no sonríe.