El equipo de Solari venía de una racha fantástica pero cuando llegó la segunda parte ante el Girona el sol se esfumó y comenzaron los nubarrones. El argentino intentaba remediar la situación colocando a Vinicius sobre el césped pero quizá ya era demasiado tarde porque el club catalán apretaba y estaba a punto de empatar. Llegó el 1-1, el enfado, las lamentaciones y, tras el 1-2 el Real Madrid perdió La Liga.