Ramón Larramendi se topa con un búnker americano abandonado durante una expedición en la Antártida

cuatro.com
19/02/201917:14 h.Ramón Larramendi y su equipo ha realizado una ruta de 2500 kilómetros por la Antártida, en 52 días, el equivalente de viajar desde Madrid hasta París y volver, pero no en avión, si no en un trineo de viento.
La novedad de esta expedición es el modo de transporte que han utilizado para llevarla a cabo. El equipo ha ingeniado una especie de "trineo volador" de cuatro metros de ancho y once de largo. Esta plataforma que alberga una zona de pilotaje, otra de vivienda y otra de carga, se desliza sobre la nieve gracias a un sistema muy cuidado que va engranado con cuerdas. El motor del trineo no es otro que el viento y para ello llevan unido una gran cometa gigante que puede elevarse a 350 metros del suelo.
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— Ramón Larramendi (@RamonLarramendi) 19 de noviembre de 2018
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El arranque del vehículo es el momento más tenso de la puesta en marcha. Una vez elevada la cometa, gracias a la ayuda de uno de los hombres del equipo, el trineo se pone en movimiento. El encargado de hacerla volar tiene que montarse en la plataforma de un salto muy preciso justo en el momento que pasa a su lado.
Pero no todo fue tensión durante la aventura a 50 grados bajo cero. En una de las etapas, el equipo de Larramendi se topó con una base americana abandonada. El búnker se encontraba en perfecto estado de conservación e incluso hallaron material quirúrgico.
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