Tratamientos y consejos para el dolor de dedos al escalar


Un buen calentamiento es fundamental para evitar posibles lesiones en los dedos
La tendinitis es uno de los problemas más habituales en los dedos de los escaladores
Que la escalada vive un boom a nivel mundial es un hecho incuestionable. Cada vez hay más personas que se interesan por la práctica de este deporte, ya sea en su vertiente más clásica en la montaña, la deportiva que se desarrolla en los cada vez más numerosos rocódromos, o las de velocidad, bloque, etc.
El número de atletas federados ha crecido tanto que varias de sus modalidades habían sido incluidas para debutar en el programa olímpico en los Juegos de Tokio de 2020, aplazados hasta el verano de 2021 por la pandemia. En una práctica deportiva donde aguantamos nuestro peso con las extremidades superiores, es fundamental que sepamos las lesiones más importantes que podemos padecer y, mucho más importante, cómo prevenirlas. Por eso hemos preparado una pequeña guía con tratamientos y consejos para el dolor de dedos al escalar.
Dolor de dedos al escalar
Primero empezaremos con las lesiones más leves: abrasiones y laceraciones producidas en la piel por el roce con la cuerda, el arnés o las presas del rocódromo. Es fundamental que limpiemos bien la herida para evitar infecciones y dejemos el tiempo suficiente de descanso para que se recupere. Si tenemos asperezas hay que limarlas, y tampoco está de más después de cada sesión aplicarse una buena crema regeneradora e hidratante.
Tendinitis
La escalada es un deporte donde sometemos a las extremidades superiores a un gran estrés al tener que soportar todo nuestro peso corporal. Los dedos, hombros, codos y brazos son los que soportan esta sobrecarga. Y de estas extremidades, las más delicadas son los dedos.
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La tendinitis no es más que la inflamación de un tendón. Aunque puede aparecer por diversas causas, lo más común es que se origine por un esfuerzo repetitivo. Es fundamental dedicar el tiempo necesario a los estiramientos, antes y después de cada ejercicio, para prevenir su aparición, así como realizar un calentamiento progresivo antes de la actividad. Una vez finalizada la sesión podemos aplicar hielo, antiinflamatorios y cremas, además de reducir el volumen de entrenamiento y probar nuevos agarres donde no sintamos dolor alguno.
Rotura de poleas de los dedos
Según diversos estudios, el 41% de las lesiones asociadas a la escalada deportiva se producen en los dedos de la mano y, en segundo lugar, el 13%, en los codos. Las poleas son estructuras anatómicas que están en los dedos y tienen como función principal mantener los tendones cerca del hueso de cada dedo. Tenemos cinco poleas anulares, y la lesión más habitual es la rotura de la A2, que se encuentra a nivel de la falange proximal. Es fundamental que siempre escuchemos a nuestro cuerpo; y, si cuando estamos escalando, acusamos mucho dolor en los dedos, es conveniente parar para evitar males mayores.
Desde luego, si llegamos a escuchar un chasquido, deberemos consultar con un especialista lo antes posible. A modo general, podemos decir que si se trata de una rotura parcial se aconseja un tratamiento conservador, basado en hielo, medicación y órtesis. A veces un buen vendaje nos permite seguir disfrutando de la escalada, pero es fundamental consultarlo con un experto.
Si tenemos la mala suerte de que la rotura es total, o no nos hemos recuperado bien del tratamiento conservador, la única salida es la cirugía y, después, realizar numerosas visitas al fisioterapeuta para evitar futuras complicaciones.
Hay ejercicios que podemos realizar para evitar este tipo de lesión, los más recomendables e indicados son las suspensiones. Una buena combinación de estos ejercicios ayuda a reforzar los tendones flexores y de esta forma podemos forzar más el agarre en extensión, evitando de esta manera el abuso del agarre del "arqueo" (crispar excesivamente los dedos), principal responsable de esta dolencia
Por último, durante los movimientos de péndulo con el cuerpo, podemos dañarnos los ligamentos colaterales, que nos confieren estabilidad. El tratamiento consistiría, en la mayor parte de las ocasiones, en la inmovilización de la zona afectada, aunque la cirugía puede ser otra posibilidad.
Cómo evitar lesiones al escalar
Aunque hemos visto con cada dolencia los mejores tratamientos para cada lesión, es importante que señalemos unos fundamentos básicos que cada escalador debería incorporar a su rutina de forma para evitar lesiones.
El calentamiento progresivo es fundamental y debe incluir ejercicios de core, con gomas, y al final suspensiones de dedos. Conviene estirar los dedos longitudinalmente, tirando de cada uno de ellos con la mano contraria.
La piel se debe cuidar con cremas y hay que tratar adecuadamente los callos y pellejos. Al acabar la jornada podemos desestresar las manos presionando una pelota blanda y, al llegar a casa, sumergirlas 30 segundos en agua caliente y otros 30 en agua fría.
Intentar siempre escalar en extensión y no abusar de los empotres de dedos, que exigen mucho a las articulaciones de los dedos y favorecen las lesiones. Por último, el dolor puede ser la antesala de alguna lesión más importante: si 48 horas después de finalizar una jornada de escalada continuamos con dolor en alguno de nuestros dedos, la visita a un especialista es más que aconsejable.
El dolor de dedos en escalada es uno de los problemas más habituales, por lo que es importante calentar para prevenir posibles lesiones. En caso de que estas se lleguen a producir, hay diferentes tratamientos para los dedos, dependiendo de cuál sea la lesión. Curar bien los dedos antes de volver a la práctica de la escalada es fundamental para que esas lesiones no se repitan a corto plazo.