STOP Anorexia: así se moviliza la Federación Española de Deportes de Hielo contra los trastornos alimenticios

Desgraciadamente este tipo de noticias no son nada nuevo. Los problemas con la alimentación dentro del deporte son una realidad preocupante. Y no es para menos porque frente al 1% de la población femenina general que sufre anorexia o bulimia, el 62% de las mujeres deportistas profesionales experimentan algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria (TCA).
Si hacemos diferencias por deportes, disciplinas como la gimnasia, el patinaje artístico y la natación sincronizada se encuentra a la cabeza debido a la errónea asociación que en ellos se tiende a hacer entre delgadez y rendimiento. Mientras que por detrás encontraríamos a esquiadoras, corredoras de fondo, ciclistas y nadadoras.

Aunque si bien, hasta el momento solo hemos hablado en femenino, debido a que la proporción es de 9 a 1 con respecto al deporte masculino, mención especial merecen las prácticas de los saltadores de esquí, que con su obsesión por adelgazar para mejorar sus marcas obligaron a la Federación Internacional (FIS) a cambiar la reglamentación de su deporte.
La teoría del menos es más. Menos kilos igual a más vuelo hizo que saltadores como el alemán Martin Schmitt se sometiese a dietas inhumanas o el mítico finlandés Janne Ahonen pasase por espeluznantes curas de hambre ingiriendo tan solo 200 calorías diarias.
En busca de la raíz del problema
Pero vayamos un paso más allá. Aunque conocer los datos es fundamental para estructurar una solución, también se hace imprescindible conocer dónde radica el problema para poder atacarlo de raíz. Tal y como nos cuenta Juan Megías Muñoz, psicólogo y coach deportivo, dentro del mundo del deporte la presión por el aumento del rendimiento, la especialización precoz, sufrir algún acontecimiento traumático, el simple desarrollo corporal o un mínimo comentario despectivo procedente del entorno deportivo o familiar puede desembocar directamente en un trastorno.
Si a esto le unimos que en un altísimo porcentaje el deportista no cuenta con la información o la formación necesaria para afrontar todos estos cambios y que su desarrollo como persona queda en muchas ocasiones reducida a un segundo plano, sin la existencia de un refuerzo positivo de su personalidad fuera de este ámbito, el mal camino está marcado.
La paradoja del asunto llega al descubrir de la mano de Alba Reguant, dietista y nutricionista deportiva, que la interpretación que hoy en día hacemos de la dieta es completamente opuesto a su verdadero sentido. Etimológicamente la palabra proviene del griego dayta, que significa 'régimen o estilo de vida', nunca sacrificio, sufrimiento o privación del alimento. "El objetivo de una buena dieta dentro del ámbito deportivo debe ser crear un balance energético adecuado que optimice la preparación y la recuperación del deportista". Además, una ingesta adecuada, en la proporción correcta es vital para evitar futuras lesiones.
La información clave para la prevención
Por ello, la Federación Española de Deportes de Hielo, en colaboración con la Federación Madrileña de Deportes de Invierno, han creado las Jornadas prácticas para la prevención y tratamiento de trastornos alimenticios en el deporte, unas jornadas de formación enfocadas a deportistas, entrenadores y familia. Porque buena parte de la solución pasa por la formación no solo de los atletas, sino también de su entorno más próximo. La creación de estrategias conjuntas e interdisciplinares, una buena comunicación, una correcta planificación nutricional y la rapidez a la hora de atajar el problema son claves.
La introducción y familiarización con el concepto creado por el Comité Olímpico Internacional "RED-S o Deficiencia Energética Relativa en el Deporte" debe ser casi una obligación, y la detección de síntomas como la disminución de fuerza muscular, concentración y coordinación, una prioridad. Así lo fue en el caso de la esquiadora de fondo noruega Kristin Størmer Steira cuya Federación nacional, muy sensibilizada con este tipo de problemas, supo detectarlos a tiempo lo que permitió la recuperación de la atleta y su posterior vuelta al primer nivel de competición. O en el caso de la triatleta de Bermudas Flora Duffy que también ha conseguido engrosar los índices de casos de recuperación que actualmente se sitúan entre el 40 y 60% de los afectados.

Con esta panorámica global, el mensaje que nos transmiten desde la FEDH no puede ser más claro: los trastorno de la conducta alimentaria no deben convertirse en un estigma, sino en una lucha de todos. Ahora más que nunca la información y la comunicación se convierten en nuestras principales armas y el día a día desde las edades más tempranas en nuestro particular campo de batalla.