Los esguinces de tobillo por correr: cómo recuperarse de esta lesión tan común

Cómo saber si tienes un esguince
Las recomendaciones que deberás seguir para curarlo
Ejercicios que puedes practicar en casa en el proceso de recuperación
Si hay algo con lo que los runners están familiarizados es con los esguinces de tobillo. Esta lesión es muy común entre ellos y más si por los terrenos por donde sueles corres son montañosos o con el pavimento irregular.
Un esguince se produce cuando un ligamento se tuerce o dobla de manera extraña o extrema. De esto último precisamente va a depender que estés ante una simple torcedura o un esguince más grave. Con lo primero la torsión a la que se haya visto sometida tu tobillo es mucho menor.
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Los síntomas de un esguince de tobillo
Algo que vas a notar rápidamente es el dolor y a medida que vaya pasando el tiempo y su cuerpo se vaya enfriando irá en aumento.
La inflamación también aparecerá, puede que te salga una pequeña hinchazón en una zona más localizada o en todo el tobillo.
También se puede dar que internamente se rompa algún vaso sanguíneo y aparezca a simple vista un hematoma.
Algunas recomendaciones para tratar los esguinces de tobillo
Ante todo lo más adecuado es acudir al servicio sanitario y que los profesionales pertinentes te indiquen lo que debes de hacer, pero hay algunas recomendaciones muy sencillas que son muy adecuadas para este tipo de problemas.
- Aplica frío en la zona afectada: para bajar la hinchazón puedes ponerte hielo para intentar remitirla.
- Pon el pie en alto: para que la sangre no se agolpe en esa parte del cuerpo intenta mantener el pie elevado para que facilites el riego sanguíneo.
- Vendaje comprimido: lo más común es que si estás ante esta lesión te hagan vendaje que comprimo la zona para que el ligamento se recupere cuanto antes. Lo de apoyar el pie o no dependerá del grado que tengas, esto lo determinará un médico, así como si puedes o no hacer y si te tienes que ayudar de muletas.

El proceso de recuperación de un esguince
Una vez que ya sabes lo que tienes que hacer para tratarlo también será muy importante la recuperación para que este no sufra grandes consecuencias y vuelva a ser lo que era. Para ello hay una serie de ejercicios que puedes poner en práctica.
- Amplitud de movimiento
Esto lo puedes hacer inmediatamente después de sufrir la lesión. Lo óptimo es hacerlo tras haber aplicado hielo en la zona y podrás hacerlo unas 5 veces al día. Algunos ejemplos de este tipo son los siguientes:
Escribir el alfabeto con la punta del dedo gordo del pie. Con ellos conseguirás que el movimiento del tobillo esté garantizado y en todas las direcciones.
Puedes sentarse en una silla con los pies apoyados en el suelo y mientras haces presión en él mueve la rodilla de un lado al otro.
Coloca una toalla en el suelo extendida e intenta enrollarla con los dedos.
- Estiramientos
Una vez que ya has hecho esto y lo haces sin ningún tipo de dolor, comenzarás a hacer estiramientos del tendón de Aquiles. Para ello necesitarás de nuevo una toalla.
Parte sentado con las piernas estiradas hacia delante. Coloca esta prenda en la planta del pie de manera que puedas coger los extremos por los dos lados. Tira hacia ti de ella mientras mantienes las rodillas rectas.
Para el otro ejercicio ponte de pie con las manos apoyadas en la pared. La pierna a estirar ponla detrás de la otra, la que esté más retrasada tendrá que tener el talón en el suelo mientras que la otra flexionarás la rodilla.
- Fortalecimiento
Lo más común es que esto lo lleve a cabo un fisioterapeuta, pero puedes realizar de manera casera alguna práctica para avanzar.
Esto básicamente va a consistir en hacer ejercicios de equilibrio. Hazlo con moderación, lo que el dolor te permita y sobre todo lo que te recomienden.