De estar a punto de llorar, al día más feliz de su vida: una niña vive el momento más tierno de la historia del hockey

A la tercera fue la vencida. Esta pequeña aficionada al hockey hielo empezó llamando la atención de su ídolo golpeando el cristal que separa la grada de la pista. Brett Connolly, jugador de los Washington Capitals, se dio cuenta y decidió regalarle uno de los discos con los que iban a jugar el partido de playoffs de la Stanley Cup frente a los Blue Jackets.

El jugador lanzó el disco por encima del cristal con intención de dárselo a la pequeña, pero un hombre lo cogió y se lo dio a un niño que estaba a la derecha de nuestra protagonista. Su cara de tristeza y frustración mirando al suelo era todo un poema. la desilusión de la pequeña no se quedó ahí.

En un segundo intento, el disco acabó en manos del niño que estaba a la izquierda de la pequeña. Otra vez, no se lo podía creer. Afortunadamente, Brett Connolly no cesó en su intento de recompensar a la niña y lanzó un tercer disco. Sin embargo, cuando parecía que el sufrimiento de la pequeña había acabado, el disco no pasó el cristal y la pequeña, esta vez sí, no pudo contener su monumental enfado. Connolly volvió a coger el disco, lo volvió a lanzar y por fin, la pequeña lo cogió y su cara se transformó en pura felicidad.