Qué pruebas existen en la ITV


Dependiendo de la antigüedad del vehículo hay que pasar la ITV cada más o menos tiempo
Se mira desde el número de bastidor hasta el estado de los neumáticos
Un defecto grave supone un informe desfavorable y no poder circular con el vehículo
Pasar la revisión del coche en la ITV, o Inspección Técnica de Vehículos, es una de esas cosas que tienen que hacer los conductores periódicamente. Por norma general, los turismos nuevos están exentos de esta visita hasta que cumplen los cuatro años; a partir de ese momento, los coches tienen que pasar la ITV cada dos años hasta que alcanzan los diez años y, desde entonces, la visita a la inspección tendrá que realizarse cada año.
Aunque son muchos los conductores que dudan de la utilidad de este tipo de inspecciones, el objetivo es garantizar el buen estado de nuestro vehículo. Eso significa que estaremos más seguros al conducir por todo tipo de carreteras y, al mismo tiempo, también lo estarán el resto de usuarios de la vía por la que circulemos.
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Pero, ¿qué miran en la ITV? Este proceso, que lleva poco más de 15 minutos en su totalidad, abarca la totalidad del coche: desde la documentación hasta los neumáticos, pasando por la iluminación, los frenos, los sistemas de seguridad, etc. En este artículo te hemos preparado una lista de todas las pruebas que se realizan en la ITV.
Revisión del coche ITV
Lo primero que hay que hacer cuando se llega a una estación de la ITV es entregar en la oficina la documentación del vehículo. Ahí comprobarán los datos de la Ficha Técnica y el Permiso de Circulación para verificar que todo está en regla. A partir de ese momento, nos darán un resguardo identificativo que nos acompañará durante todo el recorrido por la inspección.
Cuando ya pasamos al lineal de la inspección comprobarán en primer lugar el número de bastidor para que no haya errores de identificación. En ese primer control también se inspecciona el exterior del vehículo: parachoques y matrículas deben estar en perfecto estado y sin síntomas de corrosión, al igual que el resto de la carrocería. Después, nos pedirán abrir el capó del coche para comprobar que el motor está bien anclado, al igual que la batería, y que el nivel del aceite está por encima del mínimo, al mismo tiempo que se verifica que no hay fugas.
A continuación, llega el turno del alumbrado: se comprueban las luces, tanto las de posición como las de cruce y las largas. No solo deben funcionar, sino que también deben estar bien reguladas para evitar el deslumbramiento a otros vehículos. Se comprueban las luces delanteras y traseras, así como todos los intermitentes. Incluso hay que tener en perfecto estado la luz de marcha atrás y la de la matrícula trasera.
Después es el momento de inspeccionar el interior del coche. Ahí, los operarios de la ITV comprueban que los asientos no presentan riesgos, que no hay aristas peligrosas para los ocupantes y que los cinturones de seguridad funcionan correctamente. También verifican que las puertas abren y cierran correctamente, que las ventanillas suben y bajan sin dificultad y que los airbags no están anulados o que no hay fundas que pueden dificultar su acción.
Finalmente, antes de pasar a los diferentes bancos de pruebas, se miran todos estos sistemas:
- Bocina.
- Luna del Parabrisas: roturas y funcionamiento de escobillas y líquido.
- Espejos retrovisores.
- Cuentakilómetros.
- Cuadro: que no haya ningún testigo encendido que avise de alguna avería.
Con el nuevo Real Decreto que regula la #ITV, podrás adelantar la revisión, siempre que no sea más de 1 mes antes. Y recuerda que es obligatorio llevar puesto el distintivo de haberla pasado 👉 https://t.co/OAU7pQvBo3 #RevisaTuVehículo pic.twitter.com/uPoCGeH1sV
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) 2 de octubre de 2018
No podemos olvidarnos de los neumáticos, una de las partes más importantes del coche ya que es el único contacto con el pavimento. Por eso se verifica que llevan la medida y el código de velocidad adecuado, se mira la profundidad del dibujo y se comprueba que los testigos de desgaste están dentro del mínimo legal de 1,6 mm. Si uno solo de los neumáticos se encuentra en mal estado, será un defecto grave que provocará que la inspección sea desfavorable.
Qué miran en la ITV
Una vez que se ha pasado por las comprobaciones preliminares, es hora de someterse a los distintos bancos de pruebas de la ITV. El primero es el de los frenos: se mide la potencia de frenado, tanto delantera como trasera, como el equilibrio. Después se pasa comprueba la suspensión, para verificar que todo funciona correctamente.
El penúltimo paso es el foso: ahí se encuentra un operario que podrá comprobar que los bajos de nuestro coche están perfectamente y que no existen problemas con el catalizador, el sistema de escape, las rótulas de dirección o el depósito de combustible. También se buscan posibles fugas de aceite o gasolina que harían que el resultado de la inspección fuera desfavorable.
Por último, llegamos a la prueba de emisión de gases. Para ello colocan un medidor en el tubo de escape, al mismo tiempo que piden al conductor dar un pequeño acelerón al coche. Un buen truco es ir con el coche en caliente, ya que, si está frío, puede soltar más gases de los que realmente debería.
Un agente ha detectado esta "evidente" manipulación de la pegatina de la #ITV además de tramitar la correspondiente sanción por no tener al día la revisión periódica... Suspendido en manualidades ✂️🔎🎃👎 pic.twitter.com/U6EpRGI2Ug
— Policía Local (@PoliciaLocalSC) 18 de mayo de 2018
Pasar la revisión de la ITV con el coche es un engorro por el que todos los conductores deben pasar cada cierto tiempo. Las pruebas de la ITV están destinadas a garantizar la seguridad de nuestro vehículo, por nuestro bien y el del resto de conductores y usuarios de la vía. Un trámite que no gusta pasar a casi nadie… pero que hay que hacerlo. Si tienes dudas sobre si tu coche pasará la revisión o no, vete a un taller y que te hagan una revisión pre-ITV. Así, evitarás disgustos.