El corte de digestión por bañarte después de comer no es un mito, pero puede evitarse

Lo conocemos popularmente como 'corte de digestión', pero realmente no existe como tal. Se trata de una hidrocución o fallo de los sistemas termorreguladores que tiene nuestro organismo. Cuando nuestro cuerpo sufre un choque térmico se produce un cambio en la presión arterial y en la frecuencia cardíaca que produce un colapso.
Entonces, ¿por qué lo asociamos al momento playa o piscina? En verano nuestro cuerpo está más caliente de lo normal por lo que el contacto brusco con el agua que se produce al zambullirnos es una de las causas más habituales de la hidrocución.

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"Durante el período de la digestión, que empieza a los 10 minutos de comenzar a tomar alimentos y permanece activa unas dos horas aproximadamente, se produce una mayor afluencia de sangre al aparato digestivo para ayudarnos a transportar todos los nutrientes que hemos ingerido. En este periodo hay menos sangre en otros órganos, como el cerebro o la piel y por eso estamos más desprotegidos", nos explica el Dr. Gonzalo Guerra Flecha, fundador especialista en digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas.
"Si un bañista se introduce bruscamente en el agua, ya sea desde un trampolín, o desde la piedra de un río, o le rompe una ola encima y no ha terminado dicho proceso digestivo, se produce un enfriamiento rápido y repentino de nuestro cuerpo lo que hace que nuestro sistema regulador empiece a llevar parte de la sangre que tenía en el aparato digestivo a la piel. En estos casos, el que peor parte se lleva es nuestro cerebro", apostilla el Dr. Guerra.
Pero esta no es la única forma de sufrir un 'corte de digestión'. La hidrocución puede producirse de la misma forma en la bañera. No reposar unos minutos antes de ducharnos después de haber hecho deporte o ejercicio intenso, hacer comidas copiosas, tomar fármacos o drogas o hacer actividades que nos hagan segregar por ejemplo adrenalina o cortisol, que alteren la química corporal, también hacen que nuestro cuerpo quede expuesto a este tipo de dolencias.
¿Cómo sabemos que estamos sufriendo una hidrocución?
Los síntomas más reconocibles de un corte de digestión son el dolor de estómago y los retortijones junto a náuseas, escalofríos y mareos. Una bajada brusca de tensión o del pulso también deberían ponernos sobre alerta al igual que si nuestra piel se vuelve pálida, tenemos visión borrosa o sentimos un pitido constante en nuestros oídos.
"Al haber menos sangre en el cerebro, se puede producir una pérdida de consciencia, ahogamiento por inmersión (si estamos en el agua) o vómitos que pueden dar origen a aspiración pulmonar con el consiguiente riesgo de asfixia", nos advierte el fundador del CMED .

Claves para evitar un corte de digestión
- Introducirnos en el agua poco a poco
- Permanecer varios minutos con las piernas mojadas
- Mojar con la mano la zona abdominal antes de sumergirnos
- En la piscina, hacer lo mismo y entrar al agua lentamente por las escaleras
De esta forma a nuestro sistema termorregulador le dará tiempo a ir adaptándose a la nueva temperatura poco a poco y evitaremos el tan temido síndrome vasovagal.