Limpiar el vestuario cuando vas de visitante, una tradición del rugby desde los ‘All Blacks’ hasta los niños

Felipe Rodríguez
16/01/201817:38 h.Mes de septiembre, torneo de pretemporada alevín de niños y niñas (juegan juntos) que organiza el Club Deportivo Arquitectura de Madrid en Collado Mediano. Entre los clubes participantes está el Industriales Las Rozas. Los partidos terminan y ese día les toca a Lucas y a Rodrigo, de 12 años, limpiar el vestuario que ha usado su equipo. Escoba y fregona en mano lo recogen y lo dejan igual que se lo habían encontrado al llegar al campo.
En el caso de Industriales Las Rozas, esta acción forma parte de un proyecto interno del club que se llama ‘Mejor Persona, Mejor Jugador’. Un proyecto que incluye otras cosas como preparar los bocadillos del tercer tiempo que comparten los dos equipos o, simplemente, portarse bien y estudiar en el colegio para poder jugar los fines de semana.
La ‘tradición’ de limpiar el vestuario usado cuando tu equipo es visitante viene de lejos. Aunque se lleva haciendo décadas, fueron los All Blacks (selección de rugby de Nueva Zelanda, triple campeona del mundo y Premio Princesa de Asturias de los Deportes) quienes dieron a conocer esta costumbre del rugby a través de los medios.
Fue en 2013, en el Aviva Stadium de Dublín. Nueva Zelanda ganó en los últimos minutos a Irlanda. Cuando acabó el partido, el utilero irlandés entró, como de costumbre, en el vestuario visitante para limpiarlo. Sin embargo, esta vez se encontró al capitán Richie McCaw, dos veces campeón del mundo, y a otras grandes estrellas del equipo barriendo y fregando el vestuario.
Como aquel utillero irlandés era amigo de los All Blacks desde hacía años, le dijo al capitán: “¿Qué estáis haciendo? A nosotros nos pagan por limpiar esto”. Richie no dudó en contestarle: “Solo queremos dejar esto como lo hemos encontrado, así que siéntate si quieres y tómate una ‘Guinnes’ mientras terminamos”.
Sin tener un proyecto como el de los niños y niñas del Industriales Las Rozas, ‘Mejor Persona, Mejor Jugador’, la selección de Nueva Zelanda habla de su credo y tradición con frases como: “Nadie cuida a los All Blacks. Los All Blacks se cuidan a sí mismos".
La noticia de esta costumbre saltó a los medios de comunicación de todo el mundo en aquel año 2013. Sin embargo, los neozelandeses tenían esta costumbre al menos desde 2010 cuando les ‘pillaron’ fregando el vestuario que habían usado en Cardiff tras vencer a País de Gales.
Muchos aseguran además que esta costumbre viene desde muy lejos y, desde luego, en España está más que implantada. Este mismo fin de semana el VRAC Quesos Entrepinares de Valladolid, seis veces campeón de Liga y que cuenta con una de las plantillas más profesionales del país con jugadores de siete nacionalidades, limpió el vestuario de su rival, Bizkaia Gernika, tras uno de los partidos con más barro -ver imagen- que se recuerdan en la Liga Heineken (División de honor Española).

El equipo basurde reconoció el gesto de sus rivales en Facebook y se lo agradeció, no sin antes desearles un buen viaje de vuelta a Valladolid. El agradecimiento no solo se quedó en esas líneas sino que también acompañaron el post con una imagen del vestuario limpio para dar buena cuenta de la acción del equipo quesero.
Esta buena costumbre no se queda ni en equipos profesionales ni en los niños que los imitan, como podría pasar en otros deportes. En mayo de 2016, el equipo madrileño San Isidro Rugby Club se jugaba el ascenso a la máxima categoría del rugby regional en Alcalá de Henares contra el equipo local.
Un equipo totalmente amateur con una escuela de reciente creación cuya prioridad era que su primer equipo ascendiese a Primera Regional, paso previo a las Ligas Nacionales. Venían con ventaja del partido de ida disputado en su campo, pero no fue suficiente. Su rival, el Alcalá de Henares, dio la vuelta al marcador y mantuvo la categoría dejando fuera al San Isidro, que aún hoy intenta ese ansiado ascenso.
Fue, quizá, el momento que más cerca estuvo de ser un equipo de Primera. Los jugadores lloraban sobre el verde complutense. Pero ni en esas circunstancias cambiaron una costumbre que venían realizando desde hace tiempo.

Pasado el primer mal trago por la derrota, cogieron la escoba y la fregona. Dejaron el vestuario rival tal y como se lo habían encontrado cuando habían llegado por la mañana a jugar, lo que quizá era, el partido más importante de su historia reciente.
La costumbre de recoger los vestuarios ya ha traspasado las fronteras del rugby y, por ejemplo, el equipo de fútbol Talleres de Córdoba, de Argentina, lo hace en todos sus partidos.
Como es habitual tras cada partido de visitante, el equipo de trabajo del club deja el vestuario en las mismas condiciones que lo recibió. pic.twitter.com/Hb7F7HvrfA
— Talleres (@CATalleresdecba) 5 de marzo de 2017
Afortunadamente, su rival, el Club Atlético Lanús, también ha tomado ejemplo y para sus jugadores ya es habitual la conducta de limpiar el vestuario tras el partido cuando juegan de visitante. Precisamente, en abril de 2017 devolvieron el favor a Talleres recogiendo la sala del estadio Mario Alberto Kempes.
El #Granate 🇱🇻 es sinónimo de respeto 🙌. Dejamos de forma impecable el vestuario visitante del Kempes tras el partido 🆚 Talleres 😉 pic.twitter.com/DLtNC92yTA
— Club Atlético Lanús (@clublanus) 9 de abril de 2017
En la victoria o en la derrota el ser educado y limpio no se negocia, tal y como diría el Cholo. Así que a partir de ahora todos nuestros deportistas jóvenes tienen un buen espejo en el que fijarse. Además, no estaría mal que algún día Messi o Cristiano Ronaldo publicasen en sus redes sociales alguna imagen de cómo recogen el vestuario del equipo cuando juegan de visitante. Desde aquí les proponemos ese pequeño reto.
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Felipe Rodriguez. Es entrenador nacional y exjugador de rugby. Ha sido, durante seis años, selecionador sub 16 de la Comunidad de Madrid además de director de las Escuelas del Club de Rugby Alcalá, actualmente entrena al club KREAB Alcobendas, en categoría sub-18.