Ni él mismo se lo cree: Un despeje sin oponentes alrededor que se convierte en el gol en propia más surrealista del fútbol sala

Buenos Aires está acogiendo la tercera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud. Un evento multideportivo que está organizado por el Comité Olímpico Internacional en el que participan jóvenes atletas de entre 15 y 18 años en la que habrá más de 4000 participantes de 206 países. Una competición que está dejando imágenes inéditas.

Una de ellas ha tenido lugar en la final de fútbol sala en la que están participando Brasil y Rusia. Corrían los primeros dos minutos de partido, cuando la selección sudamericana ha logrado adelantarse en el marcador gracias a uno de los goles en propia más surrealistas de la historia de este deporte. El protagonista, Danil Karpiuk, no se lo podía ni creer.

En una de las presiones intensas de Brasil, el balón quedó muerta en la frontal del área. Un esférico al que podía llega el futbolista ruso perfectamente, pero en cambio decidió golpear al balón como si de un lanzamiento se tratase. El resultado: un golazo en propia puerta que entra por la mismísima escuadra siendo imposible de detener para el portero ruso.