Sí, los niños también pueden practicar halterofilia y éstos son sus seis beneficios

Carla Sánchez
04/01/201812:56 h.La halterofilia como deporte, ejecutado por niños y adolescentes, sigue siendo un tema polémico hoy en día. Se sigue manteniendo la idea errónea de visualizar a un niño haciendo esfuerzos descompensados, sufriendo por levantar cargas de peso excesivas y poniendo en riesgo sus huesos o afectando negativamente su crecimiento y desarrollo.
Es cierto que la halterofilia es un deporte de fuerza, pero existen muchas variantes de la fuerza o diferentes clasificaciones. Concretamente, es un deporte de fuerza explosiva y potencia que requiere de una técnica muy eficaz para su ejecución y en ello está la diferencia con otros deportes de fuerza. Además, favorece el desarrollo neuromuscular y la flexibilidad.
Basta ver un arranque o un envión para darse cuenta de que la técnica es muy necesaria. Ésta es la razón por la que un halterófilo empieza a edades tempranas, no para levantar mucho peso, sino para aprender la forma de levantar. Eso sí, siempre con pesas muy ligeras que van desde una barra de madera hasta una barra de uno, dos, tres o cinco kilos, según la edad del niño.
Existen estudios que demuestran la ganancia de flexibilidad gracias a la halterofilia. Otros aportan pruebas sobre la mejora en el rendimiento físico de los niños al trabajar la potencia y la explosividad desde una edad temprana. Desde hace años se ha llegado a la conclusión, mediante estudios y análisis en niños, de que un entrenamiento supervisado no es inseguro para los más pequeños, aunque es cierto que la supervisión es casi imprescindible.
Son necesarios hasta ocho años para alcanzar un nivel de alto entrenamiento en el deporte, motivo por el que los entrenamientos especializados comienzan a la edad de once o doce años. Algo que está en consonancia con muchos otros deportes donde se piensa que la precocidad es una necesidad debido a beneficios tales como el aprendizaje motor, la flexibilidad y el crecimiento que se experimenta a esas edades.
Pese a ello, hay que tener cuidado con el nivel competitivo en la infancia ya que puede ocasionar graves trastornos psicológicos y sociales. La intensidad de las competiciones deportivas provoca retiradas prematuras o problemas morales en el niño. Los que usan programas de entrenamiento con exceso de sobrecargas y sin planificación adecuada son los que sufren el riesgo de lesiones articulares así como desequilibrios musculares.
Sería un error sugerir que no existen peligros para el levantador joven, pero estos peligros son los mismos que en la mayoría de deportes. Una posible excepción puede ser el tendón rotuliano de la tibia, que suele estar presente en la mayoría de lesiones de la halterofilia.
Beneficios de la halterofilia:
- Ayuda a mejorar la postura corporal.
- Implica la adecuación postural en cualquier movimiento biomecánico.
- Mejora el acondicionamiento físico para desarrollar aptitudes como la fuerza, potencia, velocidad, precisión, equilibrio, resistencia, flexibilidad y agilidad.
- Promueve una serie de pautas conductuales hacia una vida sana.
- Fomenta el espíritu emprendedor, competitivo y respetuoso.
- Ayuda a valorar y comprender los beneficios de una vida sana en el futuro.
Una cultura deportiva en niños y adolescentes puede prevenir a la sociedad de graves enfermedades futuras. La ganancia de tono muscular favorecerá su desarrollo, ayudará a bajar los porcentajes de grasa corporal y a mantener una correcta posición impidiendo que las malas posturas perjudiquen a su estructura ósea. Además, el bienestar psicológico y social están garantizados. No hay que olvidar que todo programa de fuerza debe ser individualizado y estar completamente supervisado por un especialista que atienda correctamente las necesidades de cada niño.
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Carla Sánchez Zurdo, nutricionista y entrenadora personal en su centro Boostconcept, es diplomada universitaria en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad San Pablo CEU de Madrid y entrenadora personal por la Federación Internacional de Fisioculturismo y Fitness IFBB y por la Academia Americana de Medicina Deportiva NASM. Dirige en Madrid Boostconcept, su propio centro de salud y fitness.