Un sector de la afición rojiblanca fuera del Calderón empieza a alborotarse. Gritos y empujones, alguien llega. ¿Fernando Torres? ¿Joaquín Sabina? ¡No! Era Tomas Ujfalusi, antiguo jugador rojiblanco, que atravesó el grueso de la hinchada para recoger sus entradas para el derbi. La afición enloqueció con la aparición del central checo, ya retirado, y pareció que aún siguiera vistiendo la zamarra rojiblanca.