El árbitro del Ovieod-Ferrol lo tuvo claro tras ver como un potente petardo caía dentro del túnel de vestuarios provocando una pequeña explosión en un espacio muy reducido y con mucha gente. Suspendió el partido, lo que provocó algunos altercados a la salida de los equipos que llevaron al capitán del Oviedo a pedir a la gente en la calle que dejaran salir al autobús del equipo rival.