Steven Defour regresó al estadio del Standard de Lieja, que una vez fue el suyo, vistiendo esta vez los colores del Anderlecht, el eterno rival. La afición local, conocida por su temeridad, desplegó un enorme tifo que rezaba ‘Rojo o muerte’ (en alusión a los colores del equipo) y la imagen de un asesino de película sujetando la cabeza cortada de Defour en un mano y un machete en la otra.