Cuando Messi está inspirado es imposible pararle. No le tembló el pulso al marcar el primer gol del partido con un penalti a lo 'Panenka' y con el 2-1 a favor pero con el Barça sufriendo durante 20 minutos, una jugada personal al borde del área, una genialidad de pase a Piqué y una asistencia a Dembelé dejó las cosas claras: el argentino quiere esta Champions.