La idea estaba clara, vivir con Kiko sus mejores recuerdos en el Calderón, pero los momentos inolvidables no siempre salen a la primera. Hubo que sortear problemas mecánicos, 'infiltrados' madridistas y había que hacer muchas cosas y de forma rápida. Lo primero, visitar la obra, después subió a la casa de un vecino del estadio y finalmente dar la vuelta al feudo rojiblanco.