En un mal momento hace falta una mano amiga y que alguien siga depositando la confianza en ti. Eso es lo que le está pasando a Jackson. Después de su llegada todavía no es ni la sombra de lo que fue en Oporto. El delantero colombiano no está teniendo suerte de cara a portería y la afición atlética está comenzando a recriminarle.