Juventus e Inter empataban a uno cuando Mauro Icardi recibió la pelota en el centro del campo. Pese al desmarque de su compañero Osvaldo, ex del Espanyol, el atacante rosarino decidió seguir en solitario para acabar perdiendo la pelota. Osvaldo, visiblemente enfadado, se fue a por su compañero para recriminarle con insultos y sólo la intervención de Guarín evitó que llegaran a las manos.