Ten Hag sigue tensando la cuerda: 90 minutos en el banquillo y la cara de Cristiano lo dice todo

La situación de Cristiano Ronaldo en el Manchester United se está volviendo cada vez más complicada. El delantero portugués se pasó los 90 minutos que duró el partido ante el Manchester City, en el banquillo de Old Trafford. El astro luso, que venía de una semana de críticas tras la derrota de Portugal ante España, tuvo que ver también como su entrenador no le dio ni una sola oportunidad de reconducir la humillante derrota a manos de los de Pep Guardiola.

Tras el partido, Ten Hag fue preguntado por la situación de Cristiano y la decisión de no haberle dado ni un solo minuto, a lo que el técnico neerlandés contestó que era "por respeto a su histórica carrera". Pero al ex del Real Madrid empiezan a no valerle las justificaciones de su entrenador, solo hay que ver sus caras y gestos durante el tiempo que duró el encuentro.

 "No lo hice jugar por respeto a su carrera deportiva. Otra cosa era la ventaja que podía traer Martial. Necesita los minutos pero no lo quiero señalar así", comentó Ten Hag en sala de prensa tras la abultada derrota ante el eterno rival.

 El Manchester City demostró la infinita diferencia con la que supera hoy por hoy al Manchester United, al que desbordó y arrolló con una autoridad tremenda, con la voracidad insaciable e incontenible de Erling Haaland y Phil Foden -ambos goleadores por partida triple, aparte de asistente dos veces el noruego-, con la precisión de Kevin de Bruyne y con el fútbol de un equipo imponente, al acecho de la cima del Arsenal, tras una exhibición rebajada en los últimos instantes con un doblete de Anthony Martial (6-3).

A la 'máquina' que dirige Pep Guardiola, aún un punto por detrás del líder, aún el único equipo invencible en esta temporada en la competición inglesa, le bastó un rato -poco más de media hora- para noquear a su adversario con una secuencia de golpes imponentes, fruto de la superioridad que impuso desde el principio sobre su oponente, al que arrinconó, zarandeó y doblegó con una inapelable y expresiva contundencia.