Muy agradecido recibió Iniesta su título como hijo adoptivo de Carboneros, Jaén. A pesar de ponerle todo tipo de atuendos el futbolista no dejó de sonreir en ningún momento, se mostró muy educado y encantador como de costumbre. Pero Iniesta, que nunca se cabrea, perdió los nervios al hacer frente a una avalancha de aficionados que querían la foto con el "si no se sientan yo me tengo que ir..."