Messi fue la pura imagen de la desolación, de la derrota y de la tristeza. Pero no se le puede poner un solo pero. Al contrario, fueron alabanzas hacia él. La táctica de Brasil para pararle le salió a la perfección. Consiguieron pararle pero él hizo todo lo posible para evitarlo con disparos, driblings y pases que no tuvieron la recompensa del gol.