El triunfo sevillista en Varsovia tiene nombre y apellido: Carlos Bacca. El delantero colombiano contribuyó de manera decisiva a la consecución del título con dos goles de 'killer'. Al ser sustituido el delantero no pudo reprimir la emoción y estalló en lágrimas, las mismas que poco después derramaría su hija pequeña asustada por la fiesta del sevillismo en Polonia.