El Vicente Calderón acudió a la llamada del Cholo Simeone, que pidió en los días previos al choque ante el Bayer que “no hubiera un minuto de silencio” en la catedral colchonera. Los hinchas en la grada rojiblanca se encargaron de que así fuera. El estadio fue una olla y el Atleti consumó la remontada.