Fran Garrigós, judoca olímpico, a los niños: “No hay que ponerse metas, solo pasarlo bien y seguir entrenando”

Un lunes cualquiera en el Club de Judo de Brunete. Fran Garrigós se prepara para entrenar con sus compañeros un día antes de coger un vuelo para competir en el Grand Slam de Abu Dhabi, donde repitió medalla por segundo año consecutivo. Al entrar en la sala de entrenamiento se respira un ambiente familiar, de respeto y de compañerismo. Bromas de unos a otros, pero todos con ganas de empezar a entrenar. A la voz de Quino Ruiz Llorente, seleccionador español y maestro de judo, hay que ponerse a trabajar. Concentración máxima para las siguientes dos horas. La pasión por este deporte hace que el sacrificio, la disciplina y la constancia sea más llevadera.
Son los valores que enseña el judo y que tiene muy claros Fran Garrigós: "Es un deporte individual, pero siempre necesitas a los compañeros para poder entrenar". Sin ellos no se puede mejorar. Unos días te enfrentas a un rival más alto, otro día será más bajo, o puede que sea zurdo, y tienes que saber cómo atacar y defenderte en todas las situaciones que se te puedan plantear durante una competición.
No es fácil llegar a estar entre los mejores. De hecho, es muy complicado. La disciplina para el entrenamiento es algo clave y también saber que tienes que renunciar a cosas, pero que la recompensa también merece la pena. “Hay que hacer muchos sacrificios pero ‘el que algo quiere, algo le cuesta’. Unas de las cosas a las que renuncias es la dieta, tienes que estar en tu peso porque sino no puedes competir, y la semana de antes tienes que decir que no a cosas que te gustan. Otra es la de salir con amigos, muchos veces no puedes porque tienes una competición y cuanto más descansado estés, mejor vas a rendir”, explica mientras sus compañeros siguen entrenando sobre el tatami.
Fran Garrigós compagina su vida profesional con la carrera de INEF, y aunque su prioridad ahora es el judo sabe que no puede dejar de lado los estudios: “Es bastante difícil vivir del judo, tienes que ser muy bueno. Y solo podrías vivir de ello el tiempo que dures en competición. Tienes que seguir estudiando y formándote para tener algo después”. Así de claro y directo se muestra este bronce europeo a sus 22 años, porque los estudios se los toma muy en serio.
La idea de ser judoka y subir al podio la ha tenido desde pequeño, pero no cree que haya que ponerse objetivos cuando empiezas: “No hay que fijarse metas para ser campeón de nada. Hay que pasárselo bien y todo llegará. Si te va gustando seguir entrenando más y mejor”. Pero por supuesto que tiene un sueño, y no es otro que colgarse la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos y en un Mundial.
La importancia del apoyo familiar y las dificultades del judo
“He tenido la suerte de tener la familia que tengo. Me han ayudado en todo y siempre me han apoyado. Mi padre me ha acompañado hasta hace dos, tres días”. Y es que tener el respaldo familiar es imprescindible para rendir, por eso recomienda a los padres que siempre apoyen a sus hijos en todas las decisiones.
No siempre es fácil porque desde que empiezas en el judo hay viajes que suponen un gran desembolso familiar: “El hotel en el que tienes que estar es el que te exige la Federación y suelen ser de cuatro o cinco estrellas. Es mucho más caro que ir por libre y supone una gran cantidad de dinero. Tienes que ir a esos hoteles o pagar una penalización”.
Ahora, Fran Garrigós es el presente y el futuro del judo en España, pero sabe lo difícil que es llegar y mantenerse, y no está dispuesto a renunciar a su sueño: “Para mí, el judo es muy gratificante, sobre todo el hecho de subir al podio. A lo mejor no tenemos los recursos como Rusia o Japón y estar con los mejores con los pocos medios que tenemos es muy gratificante”. Es el gran motivo que tiene Fran Garrigós para amar este deporte y tener unos valores que el judo te enseña en el día a día y que ayuda a desarrollarte como persona.