El Amsterdam Arena se convirtió en un hervidero en cuanto Iniesta salió al campo. A la hinchada holandesa no se le olvida que, en su tercera final de un Mundial, fue el del Barça el que les volvió a dejar con la miel en los labios. Algunos no aceptan que el país que ha dado nombres como Cruyff, Van Basten, Van Nistelroy o Robben no tenga aún un Mundial.