Soy deportista y a mis padres les preocupa que no estudie: claves para ser un crack en las dos cosas

Felipe Rodríguez
06/11/201716:16 h.Una vez en la Universidad, los profesores tienen libertad de Cátedra y están en su derecho de cambiar o no una fecha de examen por mucho campeonato del mundo que tenga que disputar uno de sus alumnos. Sin embargo, para llegar a la Universidad y ser un deportista de alto rendimiento hay un camino muy largo por recorrer y cuanto más acompañado de los padres se haga, mejor que mejor.
En principio no deben existir excusas para abandonar los estudios por el deporte. Y es que, está demostrado empíricamente -por la Universidad Autónoma de Madrid en alumnos de primaria y secundaria, y por la Universidad Carlos III en alumnos universitarios- que el deporte es bueno para los estudios y que, en porcentajes significativos, los deportistas sacan mejores notas que quienes no lo son.
Esto viene dado, básicamente y reduciendo al mínimo los dos estudios, porque un deportista es capaz de desarrollar una mayor constancia, disciplina y capacidad de superación, pero sobre todo, porque sabe gestionar mejor su tiempo y parcelar sus actividades deportivas, académicas y de ocio.
Al final, apenas 1 de cada 15.000 deportistas españoles vive del deporte, dentro o fuera de nuestro país, por lo que la preparación académica es clave para tener un buen futuro laboral y la labor de los padres, fundamental. Debemos acompañar a nuestro hijo en su carrera deportiva allá donde lo lleve, trabajando con él estas cuatro premisas: constancia, disciplina, capacidad de superación y gestión del tiempo.
Una vez que tu hijo cumpla estas cuatro premisas, su futuro académico se allanará ya que habrá entendido que, por muy buen deportista que sea, tiene que estudiar. Por otro lado, tú, como padre o madre, debes entender que él estudiará lo que más le guste a él y no lo que tú quieras.
No todos quieren entrar en Medicina o Ingeniería y las presiones por estudiar lo que tú quieras solo llevan al fracaso académico: tu hijo se enfrentará a asignaturas para las que no tiene ninguna motivación y lo más probable es que las abandone.
Por otra parte, nunca debes usar el deporte como castigo. Si tu hijo suspende o tiene un mal comportamiento y le quitas de su rutina deportiva, sea del nivel que sea, solo agravará el problema y hará que él se muestre más irascible y desinteresado por los estudios.
Debes motivarle y hacerle entender que tiene que tener tiempo para todo y si no lo tiene es que algo está haciendo mal. Mientras esté en Primaria y Secundaria, tú eres su máximo responsable y debes enseñarle a gestionar su tiempo. Una lección muy importante para que una vez llegue a la Universidad, pueda decidir por sí mismo en qué curso o asignatura esforzarse más o menos dependiendo de su calendario deportivo.
Pero no te engañes, ni sobre todo lo engañes a él. El tiempo que le damos al deporte siempre se lo quitamos al ocio, la familia y los amigos. Si tu hijo ha elegido el camino del deporte, ha elegido la senda más difícil por la que tendrá que sacrificar su ocio y sus amistades para luchar por una meta a la que quizá nunca llegue.
Y es que si el deporte no fuera tan sacrificado, todo el mundo sería deportista.
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Felipe Rodriguez. Es entrenador nacional y exjugador de rugby. Ha sido, durante seis años, selecionador sub 16 de la Comunidad de Madrid además de director de las Escuelas del Club de Rugby Alcalá, actualmente entrena al club KREAB Alcobendas, en categoría sub-18.