Tres claves para elegir la pala de pádel más adecuada a cada niño

La edad, el peso, la estatura y el nivel de juego de cada niño y niña, son factores fundamentales a la hora de elegir el grosor, el peso, la forma y la dureza de la pala más adecuada.

La primera división importante a la hora de elegir una pala de pádel es la edad del jugador: menores o mayores de 10 años. Por debajo de los 10 años no se habla de niveles ni de competición, sólo se trata de un juego con el que hay que divertirse.

Para menores de 10 años, el grosor de la pala no debe superar los 36 milímetros, aunque lo mejor es medir la distancia entre el punto central de la palma de la mano y la punta del dedo corazón, en cuanto al grip, debe permitir agarrar la pala de manera que se toquen los dedos pulgar y corazón.

Cuando se trata de jugadores jóvenes, para decidir el peso de la pala se suele utilizar la regla de los 5 gramos, que consiste en sumar éstos al peso del jugador: si pesa 25 kilos, la pala debe pesar un máximo de 255 gramos, aunque en ningún caso debe superar los 340 gramos. La forma debe ser redondeada, de este modo tendrá más amplitud de punto óptimo de golpeo, además son las que llevan el balance desplazado hacia el puño, de este modo existe mayor control sobre la pelota y se evitarán lesiones.

Pasados los 10 años, se pueden usar palas más pesadas, pero nunca hay que perder de vista la fuerza y comodidad del niño. A partir de los 14 es el momento en que ya se empieza a competir y a clasificar a los jugadores por niveles: si es principiante, la mejor elección sigue siendo una pala redonda, hasta que consiga controlar el golpe.

En el nivel medio se puede hacer un cambio de la pala redonda a las palas con forma de lágrima, que ayudan a mantener el control pero facilitan la potencia. Cuando alcance un nivel avanzado, puede probar con las palas en forma de diamante, con el balance bajo, que proporcionan mayor potencia pero menos control y comodidad en el juego.

Otro de los factores a tener en cuenta a la hora de elegir una u otra pala de pádel es la dureza de la goma: blanda, intermedia o dura. La goma blanda es la que aporta mayor potencia y menor control sobre la bola; la dura requiere mayor fuerza, se pierde potencia pero se gana en control; las intermedias combinan lo mejor y lo peor de ambas. En un nivel inicial es conveniente decidirse por cualquiera de las dos últimas, cuando el nivel es avanzado dependerá del tipo de juego de cada deportista.