Cuatro claves para saber cómo elegir las botas de fútbol más adecuadas

Adela Leonsegui
27/04/201814:00 h.A la hora de comprar unas botas de fúltbol para tus hijos, especialmente si es un deporte que desconoces, pueden surgir muchas dudas: el número, distribución y tipo de tacos, material, flexibilidad, rigidez, horma... Antes de entrar en faena es importante aclarar que si tus hijos juegan en diferentes superficies, es recomendable que tengan al menos un par de botas con características que se adapten a cada terreno específico.
Los tacos dependen de la superficie de juego

Jugar en un terreno con unas botas diseñadas para otro distinto puede ser motivo de graves lesiones. Cada bota está especialmente pensada para una superficie distina: a peor calidad de cesped, mayor debe ser el número de tacos y su altura más corta. En césped natural se requiere menor número de tacos pero de mayor tamaño que en césped artificial, donde funcionan muy bien las botas multitacos. Si se trata de practicar fútbol sobre moqueta (sin sustrato debajo), lo recomendable son las suelas tipo turf, que no llevan tacos sino surcos que evitan que la suela se agarre al suelo provocando lesiones de ligamentos por torsión (la bota queda clavada en una dirección y la rodilla se gira hacia otra) y para fútbol sala, elegirlas sin tacos. En cuanto a los tacos de aluminio, mejor déjalas para los profesionales.
Finalmente, si tus hijos practican fútbol en hierba y en césped artificial, lo ideal es que cuenten con diferentes botas o, al menos, con botas de tacos intercambiables. Si de momento sólo te vas a decidir por unas, puedes elegir unas botas multitacos que diseñadas para la superficie de peor calidad.
La horma, otra fuente de lesiones

No se trata sólo de saber el número de pie que tienes que comprar, la anchura de la bota y la altura de la pala son dos elementos fundamentales a la hora de evitar lesiones.
Empecemos por la anchura. Es necesario comprobar que la plantilla de la bota se ajusta perfectamente al ancho del pie, si el lateral externo no tiene el apoyo adecuado se puede producir una fractura. En cuanto a la altura de la pala, es fundamental que exista el espacio necesario para la flexión dorsal de los dedos (levantarlos cuando se camina o se corre), en caso contrario se producirán no sólo lesiones en las uñas sino otras más graves como sobrecargas musculares e incluso fascitis plantar.
Flexibilidad y rigidez de la bota

Las botas de fúltbol deben ser rígidas y flexibles al mismo tiempo. Ésto, que parece contradictorio, tiene su sentido: han de ser rígidas en el empeine pero no en la suela, que puede incorporar una serie de pliegues para que flexione cómodamente. Es muy importante comprobar por dónde se dobla la suela, porque no debe ser por la mitad sino por el tercio anterior del calzado, el lugar en el que nacen los dedos del pie. En cuanto a la rigidez, es fundamental que la bota proteja el pie no sólo de las patadas al balón, también de posibles pisotones o golpes de otros jugadores y para ello una buena elección es una bota de cuero.
La posición en la que se juega

En general, todas las marcas diseñan tres tipo de botas: ligeras, clásicas y reforzadas. Repasemos las características de cada una de ellas. Las botas ligeras pesan poco y tienen buena tracción cuando se corre a mucha velocidad, pero sus tacos no están pensados para hacer giros o frenadas pero al estar menos armada y protege poco el pie de los golpes al balón. Las clásicas son botas fabricadas en piel natural, de manera que con el uso se adaptan perfectamente al pie, pero pesan más que las otras dos. Las botas reforzadas están más armadas y potencian el golpeo del balón, pero ni se adaptan bien al pie ni son ligeras para correr.
Sólo el jugador o jugadora sabe con cuál de ellas se siente mejor y aunque cada uno de estos tipos está pensado para una posición en el campo, existen ejemplos de jugadores profesionales que en el mismo puesto utilizan botas opuestas.