La Rosaleda la tomó con el árbitro desde el minuto uno al recibirlo con una cartulinada negra. La decisión del colegiado de quitar las repeticiones de las jugadas polémicas del videomarcador del estadio todavía encendió más a la afición. Finalmente, cambiaron los insultos por aplausos con el 2-1 de su equipo en el marcador.