Alhambra Nievas, la mejor árbitro del mundo, anima a las niñas: “El rugby es algo más que un deporte… encontraréis una familia”

Felipe Rodríguez
02/11/201711:32 h.La granadina Alhambra Nievas está acostumbrada a romper todas las barreras que se le ponen por delante. Pero, a pesar de ser nombrada la mejor árbitro de rugby del mundo en 2016 -hombre o mujer- tiene los pies en la tierra y sabe que para superarse debe poner sus cinco sentidos en el sacrificio diario que hace para mantenerse como la número 1.
Un árbitro profesional, sea del deporte que sea, se debe al juego y tiene que entrenar como cualquier deportista de alto nivel. Muchas veces pensamos que es solo un juez que necesita mantenerse en forma y desde luego no es así. Cualquier árbitro de élite es un atleta más dentro del campo, de hecho Alhambra recibió la Medalla de bronce de la Real Órden de Mérito Deportivo (2016), distinción para los mejores deportistas.
Tiene la fortuna de contar con un equipo de profesionales y unas rutinas muy marcadas para su entrenamiento: “Mi día es bastante completo. Trabajo tres aspectos básicos: físico, técnico y mental. En cuanto al físico tengo una planificación con un equipo especializado (tiene un entrenador personal con el que hace dos sesiones semanales más una o dos por su cuenta dependiendo de la competición) además de un fisioterapeuta y un nutricionista. Respecto al aspecto técnico trabajamos mucho el análisis de vídeo, revisión de partidos para reforzar lo que hago bien y buscar los puntos que se pueden mejorar. Por último, en el aspecto mental trabajamos centrados en la estabilidad para la gestión de conflictos. Además doy cursos, hago trabajos de promoción y colaboro con los comités andaluz y nacional de árbitros que, aunque no incida directamente en mi rendimiento, también es parte de mi trabajo como árbitro”.

Después de escuchar sus palabras está claro que hablamos de una superprofesional del arbitraje. Si ya es complicado vivir del silbato en cualquier deporte, todavía lo es más en el caso de las mujeres. Sin embargo, Alhambra lo ha conseguido, además de ser la mejor en su disciplina, pero… ¿cómo se llega a ser la número 1 del mundo?
“La gente cree que el ascenso ha sido meteórico, pero mis pasos empiezan desde el día que empecé a jugar y como me volqué con el rugby. Mi etapa de jugadora tiene un peso a la hora que hoy arbitre nivel internacional y no es solo cosa de los últimos tres años. Además, todas las etapas de árbitro, desde que empecé en 2006 en regional, influyen. Tuve la suerte de poder jugar durante 11 años y llegar al máximo nivel femenino (fue internacional con España), eso también ha influido directamente a la hora de arbitrar. Obviamente, cuando ya me centré solo en el arbitraje, el tener un equipo de trabajo es lo que me ha posibilitado evolucionar más deprisa y que el ascenso de los últimos años haya sido más rápido”.
La mejor árbitro del mundo también es ingeniera de Telecomunicaciones
Alhambra jugaba al rugby en el Universidad de Málaga y en sus metas no estaba vivir del deporte por eso estudiaba ingeniería de Telecomunicaciones. Pero desde que empezó a jugar, le entró “la fiebre del rugby” como ella lo llama y reconoce que compaginar deporte de alto nivel con estudios “era complicado porque Teleco implica muchas horas de estudio, se hizo duro y lo acusé un poco porque me gustaba tanto el rugby que nunca faltaba a entrenar, ni siquiera en exámenes, así que me presentaba a menos exámenes de los que debía. Pero no me arrepiento porque pude conseguir ese equilibrio entre hacer una actividad deportiva y estudiar”, afirma Alhambra que este mes está a la espera de presentar su proyecto de fin de carrera para ser Ingeniera Superior de Telecomunicaciones.
Como jugadora le llegó la oportunidad de arbitrar, como ocurre en los inicios, en concentraciones de categorías inferiores. “Empecé por casualidad, una compañera del equipo del equipo me pidió que echara una mano en una concentración de rugby base en Marbella, me lo pasé muy bien y me gustó. Así que empecé a pitar los fines de semana que no jugaba. A partir de ahí hice los cursos de inicio y actualización y empecé a pitar en Liga Regional”.

Alhambra era entonces la capitana del Universidad de Málaga y reconoce que esa nueva labor le ayudó mucho en la comunicación con los árbitros (en rugby solo el capitán puede hablar con el árbitro) además de ampliar sus conocimientos sobre el juego.
Esta sociedad necesita más rugby
Al final, aquella niña que se había federado en kárate, fútbol y tenis y que, en la universidad, llegó a compatibilizar rugby con baloncesto (mide 1,73 metros), estaba forjando la historia de la primera mujer árbitro que es nombrada la mejor del mundo en su deporte.
Gracias a sus mentores, grandes árbitros españoles como Jose Manuel Pardal o Felix Villegas, además de su querido Philip Flaxman, logró metas, como jugadora y árbitro, que cree que están al alcance de cualquier niña que se lo proponga. “Si lo intenta, no se va a arrepentir. El rugby es más que un deporte y va a encontrar un grupo de amigos y amigas que será una familia. Además aprenderá a trabajar en equipo, desarrollar habilidades sociales, ser solidaria y generosa. Las sensaciones del rugby son únicas y no las he sentido con otro deporte. Esto se lo diría a una niña o a un niño, indistintamente, pero sobre todo a sus padres para que no duden en traer a sus hijos al rugby”, sentencia Alhambra.

Y es que la granadina habla con pasión de su deporte. Su lema vital es ‘Esta sociedad necesita más rugby’ con la idea de que “vivimos en una sociedad menos humana, demasiado competitiva que olvida ayudar al de al lado. No vivimos como individuos sino que pertenecemos a un global y el rugby mantiene esa esencia, las cosas no funcionan si no nos va bien a todos”, palabras de la mejor árbitro del mundo.
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Felipe Rodriguez. Es entrenador nacional y exjugador de rugby. Ha sido, durante seis años, selecionador sub 16 de la Comunidad de Madrid además de director de las Escuelas del Club de Rugby Alcalá, actualmente entrena al club KREAB Alcobendas, en categoría sub-18.