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21/02/201715:27 h.Esta aficionada alemana recorrió 200 kilómetros para ver a su ídolo, Antoine Griezmann. La hincha le esperaba a la entrada del hotel para que le firmase un autógrafo en la camiseta pero el francés pasó de largo y no se paró. Ella rompió a llorar mientras su padre reclamaba enfadado qué el delantero no se hubiera parado.