Zidane tuvo un acto publicitario en París y su presencia paralizó la capital francesa. Calles cortados y multitud de gente para intentar conseguir una foto o una autógrafo del técnico del Real Madrid. Tal era la locura que incluso un aficionado montó una polea para hacerle llegar la camiseta al francés, se la firmase y volverla a subir hasta su casa.