Miguel Martín ha salido a la calle en busca de una nueva víctima/concursante de un nuevo tipo de tortura agridulce... ¡Banzai! En esta ocasión Peruantxón ha tenido que engañar a su pobre padre contándole que se quería cambiar el nombre para llevarse los 50 euros... ¡Este juego le venía que ni pintado!