Con muleta y faltándole una pierna, con una niña a los hombros, cargando con otra persona aunque el agua te llegue por la cintura, con el saco de patatas a cuestas...así cruzan cada día centenares de personas el río Tachira en la frontera entre Colombia y Venezuela. Son venezolanos que pasan al país vecino en busca de alimentos y medicinas. Son las penurias que viven en un país, Venezuela, en el que falta de todo, sobre todo, falta esperanza.