Es uno de los casos más terribles de la ventriloquía. El muñeco Frank Byron fue requisado por la policía porque en uno de sus espectáculos en el teatro, al sacar a tres mujeres como voluntarias, murieron sin saber por qué. Otros muñecos como Happy y la Mujer Autómata, hacían que las personas abandonaran el teatro por ataques de ansiedad y de pánico, al creer que los espíritus podían poseer la figura de los muñecos.