"El lince nos mira y es como si nos mirase la última naturaleza viva. El lince nos mira y nosotros sentimos una vieja nostalgia. El lince nos escruta como un vigía, como el último de su especie. El lince boreal, por ejemplo, tan bello, tan majestuoso, como una especie de danzarín en la noche y el día, estuvo en las tierras heladas en el norte de España: lo exterminamos".