Algunas familias parecen llevar escrito en su historia una terrible maldición. Tras el asesinato de Canalejas, Presidente del Gobierno, el 12 de noviembre de 1932, su familia pareció estar perseguida por la tragedia. De hecho, años después uno de los diez españoles en el Titanic, era nada más y nada menos que Víctor Peñasco y Castellana, el sobrino del Presidente.