Viajamos atrás, hasta el 31 de enero de 1978. Un avión de Aviaco que cubría la ruta entre Valencia y Bilbao fue desviado a Santander a causa del mal tiempo cuando de repente una nube gigantesca se formó de la nada cegando a la tripulación con un gran resplandor. El instrumental electrónico falló, y para cuando consiguieron salir el registro de millas recorridas seguía mostrando la misma distancia, como si no hubiesen avanzado, como si hubiesen estado en un lugar fuera del tiempo.