¿Es menos peligroso el Boloencierro de Matalpino que un encierro convencional?
La enorme bola de porexpán no es un toro, ni mucho menos. Pero pesa más de 200 kilos y puede provocar más estragos que un astado.
En las fiestas de Mataelpino, en plena sierra de Madrid, aparte de los encierros habituales, celebran también esta particular versión al más puro estilo Indiana Jones.
La inmensa pelota va cogiendo velocidad mientras baja las calles del pueblo. El sábado un joven no cuenta con que la bola cambia de dirección y no le da tiempo a reaccionar. Se golpea contra el vallado y cae al suelo. Fue ingresado y operado de gravedad, con un traumatismo severo en la cabeza. Por ahora, permanece en coma inducido y su pronóstico es reservado.
El día anterior hubo otro herido en las costillas, hospitalizado pero ya con el alta médica.
De hecho, todos los años hay más de uno que termina por los suelos. Desde la organización insisten en que muchos accidentes pueden evitarse si se siguen las indicaciones de seguridad.
El Boloencierro de Mataelpino, que ya es una marca registrada que se exporta a otros países, lleva celebrándose desde 2011. Ese año no había presupuesto y surgió la iniciativa. Tiene incluso versión infantil.
En su séptima edición ha destapado la polémica por las medidas de seguridad que, de momento, son las mismas que las de un encierro normal. El ayuntamiento implantará nuevos mecanismos de escape para el año que viene.
En 2016 la bola terminó partiéndose en dos, no sin antes dejar cuatro heridos a su paso. Por eso había sido reforzada con materiales más resistentes. Eso le ha sumado más peso.